Exploración desde la acción. Agujeros urbanos.
La motivación por la expansión de las ciudades carece de sentido. Beijing es una diaria consumidora de espacio, cada día surgen nuevas construcciones que desbastan el espacio vacío circundante, modelándolo, extendiendo sus tentáculos más alla del quinto anillo, que pronto será el sexto y dentro de nada el séptimo.
La revolución del ladrillo parece no tener límite y menos en esta ciudad. La rápidez con la que se generan nuevos espacios es abrumadora e incomprensible a los ojos que tratan de digerir tantos cambios en el paisaje.
Serán la construcción y nuestro deseo de expansión los que al final nos entierren como animales que olvidaron el equilibrio que había que respetar para poder seguir habitando esta gran piedra que llamamos planeta. Por ahora, sólo alimentan nuestro ego creador y omnipotente de creer que tenemos todo bajo control, esa falsa idea de poder hace aumentar nuestra avaricia consumidora de territorio.
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Mikeltxu -